Pero la traducción finalmente de quién es? : el traductor y sus ménades
Tipo de material: Recurso continuoIdioma: Español Series ; n.6Detalles de publicación: Granada : Universidad de Granada. Facultad de Traducción e Interpretación , 35004Descripción: p. 159-174ISSN:- 1130-5509
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Como veremos, la realidad dista de ser tan sencilla, especialmente en el caso de los traductores de plantilla, como los de las Naciones Unidas. Los documentos de la ONU, como la mayoría de los textos llamados pragmáticos -es decir básicamente utilitarios-, suelen no tener un emisor individualizable y cumplen, además, propósitos diferentes y responden a diversos tipos: declaraciones políticas, circulares e instrucciones administrativas, informes, etc. Desde el vamos, el traductor se ve ante dos fuentes del original: la delegación o dependencia de la Secretaría de la Organización, como emisor, y quienquiera haya efectivamente escrito el texto, como autor. Para peor, el traductor quizá descubra que el original que debe traducir viola -o violaría para los lectores de la traducción- las máximas de la conversación(2): puede ser repetitivo y excesivamente explícito (cantidad), o aburrido, condescendiente o abstruso (modo); o contener información que no viene al caso (pertinencia), o resultar innecesariamente antinatural (idiomaticidad), y abusar así de la disposición del lector a comprender (cooperación).
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